Panorama, un reconocido programa dominical, ha hecho pública las denuncias por maltrato familiar que Pablo Secada, regidor metropolitano de Lima (Perú) y precandidato del Partido Popular Cristiano, tiene en su contra.

Cuatro denuncias, tres de ellas formuladas por su actual conviviente, por maltrato psicológico y físico, han traído abajo una candidatura que empezó con buenos auspicios y con la venia de los líderes máximos del PPC como son Luis Bedoya Reyes (uno de los fundadores) y Lourdes Flores Nano.

Las denuncias han revelado un aspecto negativo de la personalidad del precandidato y la aparente ausencia de una estrategia de comunicación de crisis y control de daños en su comando de campaña, que no ha podido contener la difícil situación que vienen enfrentando. Joven, tecnócrata brillante, educado en el extranjero, con ideas frescas y nuevas para una ciudad necesitada de gente distinta en la política, pero de muy mal carácter, es lo que se ha podido observar en cada aparición pública que ha hecho luego de difundidas las denuncias.

En un fallido intento por contener el daño que causaron estas acusaciones, su actual conviviente y denunciante declaró que los policías exageraron las denuncias (la última es apenas de enero de 2014), que actualmente son una pareja feliz y para acallar las críticas sale en la portada de la revista Caretas junto a Secada, quien delicadamente le toca el derrier.

Pero quizás lo que ha denotado una falta de preparación ante un escenario de crisis es la predisposición con la que Secada ha enfrentado este tema. En casi todas las presentaciones en medios de comunicación se puede observar a un Secada con posiciones desafiantes, explicaciones poco claras, argumentos débiles y declaraciones altisonantes, que solo han reforzado la imagen negativa que el electorado ya se ha ido formando de él.

"Yo nunca le he dado importancia a estos temas, solo tienen importancia porque estamos en política", es una frase que bien puede resumir su debacle política, mientras la memecracia ya ha empezado su prolífera actuación en redes sociales donde se le ha ridiculizado y ha puesto en coma su precandidatura.

Y mientras Secada sigue en su empeño de continuar con su maltrecha candidatura, se ha abierto un posible cisma en su partido entre quienes le siguen apoyando, como Lourdes Flores, y aquellos que no desean que represente a un partido de valores cristianos como ha declarado el presidente del PPC, Raúl Castro Stagnaro.